domingo, 17 de abril de 2011

EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO

MATEO 4:17


Jesús empezó a predicar: ARREPENTIOS PORQUE EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO. Si se ha acercado es porque antes se había alejado. ¿Por qué se alejó? Porque Dios habita en su Santidad, no compartiendo el pecado. Históricamente, el ser humano eligió el pecado, no se arrepintió y Dios permitió esta separación, fruto de una decisión errónea tomada por el ser humano. 
Por Justicia Divina, toda la humanidad saboreó gustosa o amargamente el pecado. Unos pecados gustan, otros no tanto y otros disgustan. Ahora, como si de ropa sucia se tratara llega la lavadora que invita a la humanidad a lavarse. A eso vino Jesús al mundo. El Cordero de Dios iba a quitar el pecado que originó la separación del hombre de Dios y produjo la muerte. 
Por Justicia Divina, todos somos heridos por el pecado. Satanás nos ha vencido y Jesús quiere rescatarnos. La batalla espiritual por nuestra alma, la disputan estos dos contingentes: Dios para salvarnos y Satanás para que nos conformemos en la derrota que nos ha ocasionado. El otro batallador, el que tiene la última palabra, somos cada uno de los humanos. ¿Qué eliges: salvación o condenación?
A través de la predicación, Dios obtiene una respuesta del corazón humano. Si las palabras de Jesús tienen cabida en el corazón de una persona, iban a producir fruto como una buena semilla. Por el contrario, si no tienen cabida las palabras de Jesús en el corazón de la persona que las oye, esta persona decide apartarse de la salvación eterna y sus pecados no serán lavados. Dios es muy respetuoso: Al que quiere salvarse lo salva y al que quiere condenarse lo deja. De este último ya se encargará Satanás de sembrar semilla de mala hierba y que ésta también produzca semilla dañina.
Las enseñanzas de Jesús, a menudo a través de parábolas, eran simples y facilmente entendibles por cuanto se refería a ejemplos prácticos. Si se dirige a unos pescadores, les habla de pesca; si hay amas de casa, de una moneda perdida; si hay enfermos, los sana milagrosamente.
Como empezó a predicar en las orillas del Mar de Galilea, se dirigió a unos pescadores y les dijo: "Venid en pos de mi y os haré pescadores de hombres". Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron. ¿Es lógico?
¿Es normal que alguien deje sus tareas solo porque un desconocido le diga cuatro palabras? ¿Dejaría alguien su trabajo solo por esta oferta y sin pedir explicaciones? Estos hombres eran Pedro, casado y tal vez con hijos y su hermano Andrés. Estaban remendando redes para pescar. Necesitan llevar un sustento a sus casas y a Jesús no le preguntan cuánto me vas a pagar si te sigo. También podían decirle: Nos robarán las redes y nuestras pertenencias, ¿no ves que estamos ocupados? Ofréceles esto a quienes están en paro. Nuestras esposas nos esperan en casa.
Pero la Biblia dice que dejaron las redes y sin pedir explicaciones lo siguieron. ¿Por qué? Pedro era ZELOTE y posiblemente toda su familia. Los zelotes no estaban de acuerdo con pagar impuestos a los romanos. Se angustiaron por trabajar para vivir y tributar a Roma. Esperaban un líder nacionalista que los liberara de los invasores. 
El historiador Flavio Josefo, se había pasado al lado de los romanos. Por tanto, tuvo que escribir la historia con el visto bueno de Roma. Lo hizo tan claramente, que cualquiera, con buenas intenciones, pudiera diferenciar cuando decía la verdad y cuando mentía deliberadamente para agradar a Roma. A los zelotes los califica de bandidos. Nada más lejos de la realidad, eran nacionalistas que procuraban sacarse a los romanos de encima. Seguro que debían estudiar historia y tomaban nota de los héroes de otras naciones que se opusieron al Imperio (Viriato en España y tantos otros en cada país conquistado).
El carácter de Pedro era de un hombre decidido, valiente, noble y con capacidad de liderar a un grupo. Esto lo demostraría el resto de su vida. Fué el único que cogió una espada y se enfrentó a una multitud cuando arrestaron a Jesús. Le cortó una oreja a uno de ellos y seguro que era porque se apartó. El golpe de espada debió ir dirigido a la cabeza. Por esto debió pensar que Jesús era el líder que lo llamaba a pescar hombres para el levantamiento. Así que dejaron las redes y lo siguieron. Otros dos hermanos hacían lo mismo en otra barca: Jacobo y Juan. También los siguieron. Es curioso que en el versículo 22 Jesús llama a estos hermanos y deja a Zebedeo, el padre.
En el versículo 23 vemos que Jesús va con estos cuatro seguidores recorriendo Galilea. Predica en las sinagogas, sana a todos sin ninguna excepción. No hay enfermedad o mal que se le resista. Saca fuera a los demonios. En cualquier sociedad hay muchas personas poseídas por demonios. Lo que pasa es que en la mayoría de las veces no lo sabemos. Solo notamos la amargura de la persona, las mentiras, el odio, envidia, pero no creemos que puede estar poseída. El cambio drástico de la persona no es cuando es poseída por el demonio, porque éste lo disimula con un cambio de carácter o manera de pensar. La manera que se nota es cuando el demonio es expulsado. ¡MENUDA LIBERACION!
Con paralíticos sanados y tantos seguidores de toda la región, debían estar entusiasmados por los resultados. La revuelta contra los invasores se debía ver inminente y victoriosa.
Veremos en el capítulo 5 de Mateo, en el Sermón del Monte, que las intenciones de Jesús iban a ser muy diferentes a las que tal vez pensaban sus seguidores.  
A estos seguidores, junto con otros ocho que eligió Jesús un poco más tarde,  el resto de sus vidas quedarían marcados por la decisión de seguir a Jesús. Sus marcas están cambiando el mundo día a día desde entonces, hasta completar la obra de Dios.

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